Para poder decirle a mi hijo o mi hija que aunque vió a sus
Majestades Los Reyes Magos de Oriente el día 4 a causa de las previsiones
meteorológicas en sus grandes cabalgatas por el pueblo, los regalos
los recibirá el 6 de enero.
Me gustaría ser padre para explicarle que los Reyes
descansaron un día entero en Barbate antes de traer los regalos.
Porque todos los años sus majestades van muy rápido y no
tienen tiempo para reposar un poco en algún lugar, pero que este año han
elegido Barbate para pasar el día 5 de enero y antes de dejarle sus regalitos
debajo del árbol o del portal de Belén, van a visitar el sitio donde él o ella
vive.
Contarles que han descansado en nuestros hoteles y hostales,
cerquita de la playa y que se quedaron dormidos mientras escuchaban las olas
del mar.
Que muy temprano, desayunaron quizás en alguna de nuestras
geniales cafeterías o pastelerías, en la plaza de abastos, tostadas de pan
artesano y churros, con chocolate, café caliente y zumito de naranja.
Que sin alejarse demasiado, se dieron una vuelta por el
templo del atún que es la plaza de abastos con esa “Capilla Sixtina del Atún”
donde se encontraron cual Atún Rojo de Almadraba que deambula entre sus redes y
se pierde en nuestras costas para desembocar en nuestra boca y paladar,
deshaciéndose en forma de tapa elaborada. Allí compraron productos y frutas de
la huerta vecina de Conil, Atún de Almadraba y se llevaron carne y pescado
variado fresco que consumirán durante todo el año en Holanda, en Belén o en
Oriente a donde se suponen que volverán, aunque quizás no quieran irse. Y se
pensarían, ¡regalos todo el año!
Que después de hacer su compra, fueron al polígono industrial para seguir adentrándose en el mundo del Atún visitando nuestras conserveras y nuestro museo, donde definitivamente, se enamoraron del olor, el sabor y todo lo que rodea a nuestro producto estrella.
Que antes de comer, pasearon por nuestras calles entrando en
nuestros comercios, saludando a esos currantes que aunque están aguantando el
tirón a duras penas, los atendieron con la mejor de las sonrisas y con
simpatía, deleitando con su labor e historias a sus majestades que han
terminado diciendo allá donde van: “Yo compro en Barbate”.
Que como son Reyes, necesitan comer mucho y bien, por tanto
no sólo fueron a los estandartes del Campero, La Peña del Atún, Variopinto o el Capitán,
que visitaron también nuestros pequeños bares y tascas donde sintieron la
esencia del Barbate más flamenco, en los de playa y en los de las callejuelas
del casco antiguo, se comieron una tapita de ensaladilla, otra de huevas
aliñas, un platito de salazones, una cervecita, vinito dulce o algún refresco,
junto a montaditos y una buena bandeja de pescaito variado frito ancá Presenta
o de morena frita en lo de Paquete que les supo a gloria bendita.
El cafelito se lo tomaron mirando al mar, y les dió la noche embobados con uno de los atardeceres más bonitos del mundo, y eso que habían visto atardeceres, mientras esperaban a que él o ella, tan pequeñitos se durmieran.
Que los Reyes Magos, son MAGOS, y por tanto el tiempo no pasa para ellos como para las demás personas, y se han dado cuenta que en Barbate, ocurre lo mismo que en su vida, la noción del tiempo se pierde. A veces, ni existe. Se han dado cuenta cuando se han quitado sus pesadas vestimentas para darse un chapuzón en las Playas de Zahora y los Caños, en la Hierbabuena, la del Carmen, el Botero, y las de Zahara, han visitado bajando de sus camellos el sendero del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate y el Palomar de la Breña para disfrutarlos andando y llegar al increíble acantilado desde donde han visto la extraordinaria magnitud del océano abierto y hasta su hogar ahí pequeñito a lo lejos, desde la Torre del Tajo.
Para finalizar, han decidido que deben dejar aquí algo de su magia, y como les gusta mucho regalar, han dejado en el ambiente esa magia que transforma con perplejidad a cualquiera y que hace que nos enamoremos de este entorno natural, propios y extraños, autóctonos y foráneos. No sólo han dejado ese rocío en los lugares que han visitado, también en las PERSONAS.
Su magia, se ve reflejada en la amabilidad de sus
habitantes, en el asociacionismo de sus paisanos, y en la personalidad variada
que tiene el barbateño y la barbateña, que hace de su indiosincrasia algo
especial porque a su vez está cargada de miles de años y civilizaciones que han
pasado por aquí a lo largo de la historia, dejándole en herencia una mezcolanza
de tradiciones, pasiones, cultura y personalidad.
Lo que no se va ni siquiera por el arte de magia de estos
Reyes es la mala y especulativa gestión general a la que nos tienen
acostumbrados los poderes institucionales, y que han hecho que nuestro pueblo
esté aún en un agujero llamado desempleo del que no sale ni a la de 3, una
deuda de la que hemos perdido la cuenta, una administración que está llena de
incompetencia y enchufados y que difícilmente deja paso a la gente joven y
preparada como él o ella pudieran ser, haciendo que aspiren simplemente a tener
que marcharse algún día (aquí, se me vuelven a quitar las ganas de ser padre) o
entrar por “el aro” del colegueo, el amiguismo y el clientelismo que existe en
la Administración Pública en casi todos sus estamentos.
Pero le contaría a mis hijos que los Reyes Magos han prometido cambios si nos portamos todos mejor, colaboramos más entre todos, somos más cívicos, miramos por el bien común desde pequeños y no volvemos a cometer los errores del pasado.
Esta vez, los Reyes Magos van a repartir ilusión, regalitos y van a permitirnos soñar con que el pueblo en que esos hijos que hoy me gustaría tener sean capaces de cambiar por ellos mismos pequeñas cosas como están haciendo en El Kinto Pino, y cómo muchos jóvenes con iniciativas e inquietudes pueden sacar mucho partido a todo el potencial que tiene el pueblo, sin olvidar que el mayor de todos es el que corresponde a ellos mismos…
Como no soy padre, seré ese NIÑO que tenga la ilusión por
hacer la Carta a los Reyes Magos y que pida que se porten muy bien con nuestro
pueblo, que lo hagan recuperarse algún día, y que su gente esté llena de salud,
trabajo, dignidad y prosperidad.
¡Felices Reyes Magos!
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