Barbate se rompe los codos y pierde mucha sangre

En Barbate, tenemos (además de nuestra maltratada biblioteca), una sala pequeñita de estudio a la que asiste un reducido grupo de personas que apenas hacen ruido...

Son, aunque ese día de la foto tuvieron que salir de ella para desconectar porque ya no podían más y necesitaban socializar, los que pasan desapercibidos por tu calle con sus mochilas cargadas de apuntes e ilusiones cada día en dirección a la casa de la juventud, soñando con un futuro mejor.

Son ESTUDIANTES, con mayúsculas, y no como la del Máster, ¡qué poca vergüenza!, que no serán nunca reconocidos por el pueblo, ni con un premio, ni con galardones, fiestas, medallas o diplomas, ni mucho menos con una oportunidad, ni siquiera con aplausos.

Aplausos que yo se los voy a dar, aunque sea desde aquí, dejo de teclear un momento si me lo permites para darles un gran aplauso porque son valientes, luchadores y unos increíbles sufridores que se merecen el mayor respeto del mundo, también se merecen conseguir el objetivo por el que están luchando. Llegar a ese lugar donde por fin, prosperar.

Ese lugar será lejos de su pueblo, Barbate, por desgracia. 

Desgracia suya y tuya, porque ellos deberían ser los profesionales que compusieran nuestra administración pública, las abogadas, arquitectos, periodistas, administrativos y demás técnicos del ayuntamiento de Barbate, del puerto pesquero, del parque natural o del sae, las médicas, los enfermeros y demás sanitarios de la casa del mar, las juristas y resto de trabajadores del juzgado o los integrantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad que protegieran a nuestra gente en el futuro. 

Pero no, en su lugar tenemos a otras personas a las cuales dejo que por tí mismo, por tí misma valores, tanto por su competencia profesional como por la forma en la que adquirieron sus trabajos....

Yo te hablaré al menos hoy de éstos, los de la foto, y de los que faltan en ella, además de los que no utilizan la sala porque les va mejor estudiar en casa, que son los grandes olvidados y olvidadas de nuestro pueblo, nadie los reconoce, los valora, piensa, ni cuenta con ellos, y menos los agentes sociales, sindicatos y las demás instancias/personajes/amigotes que mueven los hilos de poder aquí. Por supuesto entre ellos los políticos.

Me apetece no votarlos a ninguno más porque son todos, y por favor si no es así que alguien me demuestre lo contrario, unos hipócritas, al menos en este tema. Analicemos por favor a los integrantes en el pasado y el presente de la función pública de nuestro pueblo, sin oposiciones públicas desde hace años y años, no se desea el rejuvenecimiento de las instituciones, ni su saneamiento, ni su recuperación por y para la gente, todos los que han pasado por ahí, han colocado a los suyos. Clientelismo y amiguismo en detrimento de mérito, capacidad, igualdad y publicidad.

Tampoco quieren ni han querido nunca su necesaria transformación y dirección hacia una competencia más tecnocrática y menos política, que ha sido la que ha hecho que nuestro pueblo esté como está, porque no ha habido nunca políticos lo suficientemente competentes para tomar decisiones acertadas en búsqueda del bien común, en permitir que la juventud formada dé todo lo que puede ofrecer al pueblo, ni la posibilidad de que la gente joven se desarrolle y pueda tener una vida feliz y digna aquí.

Esta gente se forma en nuestra sala de estudio, o en nuestras casas, para irse a trabajar fuera, un potencial único, un capital humano desperdiciado, despreciado y perdido. Que se usará en otro sitio. Barbate se desangra. Sé que no es el único sitio donde ocurre, pero no hay cosa que más duela que lo de uno. La savia de nuestro pueblo se pierde, barbateños y barbateñas que se rompen los codos aquí, para luego tener que marcharse. Qué lástima.


A todos, a todas, los de la foto y a los demás jóvenes que se tienen que marchar del pueblo para prosperar, para crecer, mi más sincero aunque triste reconocimiento y estas palabras que, aunque no sirvan de mucho, sólo intentan ejercer de aliento para que no paréis de estudiar hasta el final, deseo con todas mis fuerzas que consigáis lo que estáis buscando y sin duda, os merecéis.

Aunque ya me gustaría teneros siempre aquí. El pueblo no sabe lo que pierde. No tiene ni idea del daño que se hace a sí mismo.

Muchísimo ánimo en estos duros meses que vienen por delante, a seguir con constancia, y a por todas.

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